Durante esta época del año podemos ver espigas por muchas de las zonas por las que paseamos a nuestras mascotas, hay que prestar especial atención a nuestros perros después de volver de paseo por estas zonas.
En estas semanas hemos tenido varios casos de espigas, es muy importante saber detectarlos síntomas de la presencia de una espiga en nuestro perro, y de esta forma evitar riesgos y acudir a nuestro veterinario lo antes posible. Estaremos atentos a las sacudidas de la cabeza o a llevarla inclinada, a las molestias en una extremidad o cojeras, a los estornudos o secreciones nasales, irritación ocular, a heridas en cualquier parte del cuerpo o a cualquier otro signo que nos parezca de importancia. La extracción precoz de una espiga evitará que aparezcan con posterioridad problemas mucho mas graves.
Las espigas, por su particular forma, se enganchan en el pelo de los animales y con el movimiento y el rascado de estos es fácil que se claven en la piel o se introduzcan por algún orificio, debemos evitar esto tomando algunas precauciones, como revisar el manto de nuestro perro o incluso cepillarlo, revisar sobretodo los puntos críticos como los dedos, pliegues de la piel, etc. Pueden llegar a ser muy peligrosos tanto en ojos, oídos, interdigitales y cutáneas, provocando grandes infecciones e inflamaciones y en el caso de los ojos pueden llegar a provocar ulceras, como en el caso que os presentamos a continuación de esta perrita que nos han traído esta semana junto con otros dos casos más.
Se llama "Loli" y ha estado perdida unos días, ha vuelto a casa con una espiga en el ojo y que le ha provocado un descematocele (úlcera profunda con perforación).